Por Dra. Judith Vila, especialista en Neuropediatría
Introducción
Vivimos tiempos de gran evolución tecnológica de tal manera que forma parte del día a día de nuestros hijos. Así; tablets, celulares, videojuegos y televisión están presentes incluso en los primeros meses de vida. Como neuropediatra, una de las preguntas más frecuentes que recibo en consulta es:
¿Cómo afecta la tecnología al cerebro en desarrollo?
En este artículo exploraremos los efectos positivos y negativos del uso de la tecnología en el desarrollo cerebral infantil, y ofreceré recomendaciones prácticas basadas en evidencia científica.
¿Cómo se desarrolla el cerebro infantil?
El cerebro de un niño es una estructura dinámica, compleja y en constante evolución. Durante los primeros años de vida se crean millones de conexiones neuronales por segundo, donde la experiencia, el aprendizaje y la reparación de conexiones dañadas o inadecuadas e incluso la eliminación de conexiones no utilizadas pueden modificar la estructura y función de ciertas áreas del cerebro. Este proceso denominado plasticidad cerebral, está influenciado por factores genéticos, ambientales y, por supuesto, por los estímulos que el niño recibe.
Así; las experiencias sensoriales, motoras, emocionales y cognitivas influirán en el desarrollo cerebral. Por eso, el tipo de interacción que un niño tiene con su entorno —incluyendo la tecnología— puede favorecer o interferir en el neurodesarrollo.
Tecnología y desarrollo cerebral: ¿qué se conoce?
✅ Aspectos positivos del uso adecuado de la tecnología
- Estimulación cognitiva: Aplicaciones educativas bien diseñadas pueden mejorar habilidades como la memoria, la atención, el lenguaje y la resolución de problemas.
- Acceso a información y aprendizaje interactivo: Plataformas digitales permiten aprender de forma visual, auditiva y táctil.
- Fomento de la creatividad: Programas de dibujo, música o construcción virtual pueden desarrollar la imaginación.
- Desarrollo de habilidades digitales: El contacto moderado con la tecnología prepara a los niños para un mundo digitalizado.
⚠️ Riesgos del uso excesivo o inapropiado
- Retrasos en el lenguaje: El uso excesivo de pantallas a temprana edad reduce la interacción verbal con adultos, lo que puede impactar el desarrollo del habla.
- Alteraciones en la atención: Cambios rápidos de imágenes y sonidos sobreestimulan el cerebro, aquello puede dirigir sus intereses hacia determinados estímulos cada vez más gratificantes y dificultar la concentración en actividades cotidianas.
- Déficit en habilidades sociales: El tiempo frente a pantallas puede reemplazar el juego social, afectando la empatía y la comunicación.
- Problemas de sueño: La luz azul de las pantallas inhibe la producción de melatonina, lo que puede alterar los ritmos circadianos alterando los ciclos vigilia-sueño.
- Sedentarismo y obesidad: El uso prolongado de tecnología reduce la actividad física, afectando la salud corporal y cerebral.
¿Cuánto tiempo es recomendable según la edad?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Academia Americana de Pediatría (AAP) recomiendan:
Edad | Tiempo máximo de pantallas |
0 a 2 años | Ninguno (excepto videollamadas con supervisión) |
2 a 5 años | Máximo 1 hora al día, con contenido educativo y acompañado |
6 a 12 años | Hasta 2 horas al día, con equilibrio entre actividades digitales y físicas |
13+ años | Supervisión del contenido y límites claros para evitar uso excesivo |
Recomendaciones para un uso saludable de la tecnología
- Acompaña siempre al niño mientras usa dispositivos. Comenta, pregunta y participa.
- Prioriza el contenido educativo y de calidad, ajustado a su edad.
- Establece horarios y límites claros para evitar la sobreexposición.
- Fomenta el juego físico y al aire libre todos los días.
- Evita pantallas antes de dormir, al menos 1 hora antes.
- Da el ejemplo: los adultos también debemos regular nuestro tiempo frente a pantallas.
- Fomenta actividades sin tecnología: dibujo, lectura, juegos de mesa, música, etc.
¿Cómo saber si la tecnología está afectando a mi hijo?
Consulta con un neuropediatra si observas:
- Pérdida de interés en juegos no digitales.
- Irritabilidad o ansiedad cuando no puede usar pantallas.
- Problemas para dormir.
- Dificultades escolares o sociales.
- Retrasos en el lenguaje o la atención.
Conclusión
La tecnología no es enemiga del desarrollo cerebral, pero su uso inadecuado puede tener consecuencias significativas en la infancia. La clave está en el equilibrio, la supervisión y la calidad del contenido.
Como neuropediatra, animo a las familias a ver la tecnología como una herramienta complementaria para el aprendizaje con guía paterna; de otro lado, evitemos utilizarla como sustituto para: regular las conductas inadecuadas, sustituir el juego libre, facilitar la interacción humana, promover la alimentación, etc; aspectos que podrían interferir en el desarrollo saludable del cerebro.
Palabras clave principales: tecnología y desarrollo cerebral, impacto de la tecnología en niños, uso de pantallas en la infancia, desarrollo cognitivo y tecnología, neurodesarrollo infantil.
¿Te resultó útil este contenido?
Compártelo con otros padres y educadores. Educar con conciencia digital es también cuidar el desarrollo neurológico de nuestros niños.