RELACIÓN ENTRE EMOCIONES Y DESARROLLO NEUROLÓGICO EN LA INFANCIA

Por Dra. Judith Vila, especialista en Neuropediatría

Palabras clave principales: desarrollo neurológico infantil, emociones y cerebro, desarrollo emocional, neuropediatría, neurodesarrollo y emociones.

¿Cómo influyen las emociones en el desarrollo neurológico?

Las emociones no solo forman parte de la vida afectiva del niño, también desempeñan un papel esencial en su desarrollo cerebral. Desde una perspectiva neuropediátrica, entendemos que el cerebro en crecimiento es altamente sensible al entorno emocional, especialmente durante los primeros años de vida.

Las emociones positivas estimulan el aprendizaje, la memoria y la motivación, mientras que las experiencias emocionales negativas o el estrés crónico pueden alterar estructuras cerebrales clave, afectando funciones cognitivas, conductuales y sociales.

El cerebro emocional: una red que se forma desde el nacimiento

El sistema límbico, constituido con estructuras como la amígdala y el hipocampo, es responsable del procesamiento emocional. Estas áreas están conectadas con otras regiones del cerebro, como la corteza prefrontal, que regula la conducta y toma de decisiones.

Durante la infancia, estas conexiones aún están en desarrollo. Por eso, el ambiente emocional que rodea al niño influye directamente en cómo se conectan, fortalecen o debilitan estas redes neuronales.

Desarrollo neurológico y emociones: una relación bidireccional

¿Qué significa esto?

Que las emociones afectan el desarrollo cerebral, y a su vez, el cerebro regula cómo experimentamos y expresamos las emociones. Esta relación es especialmente crítica durante los primeros años de vida, cuando el cerebro está en su etapa más plástica y receptiva.

Ejemplo:

  • Un entorno afectivo seguro, con vínculos estables, favorece el desarrollo de habilidades como la atención, el lenguaje y el control de impulsos.
  • En cambio, un entorno de estrés constante (abandono, gritos, violencia) puede afectar el desarrollo del sistema nervioso, dificultando el aprendizaje y aumentando el riesgo de trastornos emocionales o del comportamiento.

¿Por qué es clave la regulación emocional en la infancia?

La regulación emocional es la capacidad de reconocer, comprender y gestionar las emociones propias y ajenas. Se trata de una habilidad neurológica que se construye con la experiencia y el modelado social.

Un niño que aprende a identificar lo que siente y a expresarlo adecuadamente:

  • Tiene mejor rendimiento escolar.
  • Se adapta con mayor facilidad a cambios o frustraciones.
  • Establece mejores relaciones interpersonales.
  • Presenta menos problemas de conducta o síntomas de ansiedad.

¿Qué puede hacer la familia para favorecer este proceso?

Desde el hogar, se puede contribuir enormemente al desarrollo neurológico saludable a través de una crianza emocionalmente inteligente. Algunas recomendaciones clave:

  1. Validar las emociones del niño, sin minimizar ni reprimir lo que siente.
  2. Modelar el manejo emocional con ejemplos: mostrar cómo afrontar la frustración o el enojo.
  3. Fomentar el vínculo afectivo seguro mediante abrazos, atención y disponibilidad emocional.
  4. Crear un entorno estructurado y predecible, que dé seguridad al cerebro infantil.
  5. Favorecer el juego libre, la expresión creativa y el diálogo.

La ciencia lo confirma: emociones y cerebro van de la mano

Estudios en neurociencia han demostrado que niños expuestos a ambientes emocionalmente nutritivos muestran:

  • Mayor volumen en el hipocampo (clave en la memoria).
  • Mejor desarrollo de la corteza prefrontal (relacionada con la planificación y el autocontrol).
  • Menor activación de la amígdala ante estímulos negativos, lo que reduce la reactividad emocional excesiva.

Conclusión

El desarrollo neurológico no ocurre en aislamiento, sino que está profundamente influenciado por el mundo emocional que rodea al niño. Como neuropediatra, puedo afirmar que un entorno afectivo sano es tan importante como una buena nutrición o estimulación cognitiva.

Invertir en la educación emocional desde la infancia no solo mejora la salud mental y el comportamiento, sino que optimiza el desarrollo del cerebro en su etapa más determinante.

¿Te gustó este artículo?
Compártelo con padres, educadores o profesionales de la salud. Comprender la conexión entre emociones y neurodesarrollo es el primer paso para criar niños más sanos, equilibrados y felices.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *