La epilepsia en la infancia es un trastorno neurológico caracterizado por la presencia de crisis epilépticas o también conocidas como convulsiones, recurrentes debido a una actividad eléctrica anormal en el cerebro. Es una de las afecciones neurológicas crónicas más comunes en la infancia y puede presentarse de diversas formas, dependiendo de la edad, el tipo de crisis y la causa subyacente.
¿Cuáles son los Síntomas de la Epilepsia Infantil?
Los síntomas de la epilepsia pueden variar ampliamente, pero los más comunes incluyen:
- Crisis epilépticas tónico-clónicas:
- Sacudidas rápidas y contínuas que involucran todo el cuerpo.
- Rigidez muscular.
- Pérdida de conciencia.
- Ausencias:
- Episodios breves en los que el niño parece «desconectado» o ausente.
- Puede parpadear rápidamente o mirar fijamente al vacío por unos segundos.
- Crisis epilépticas focales:
- Movimientos anormales en una parte del cuerpo, sensaciones extrañas, percepciones visuales, auditivas o alteraciones del habla.
- Espasmos infantiles:
- Contracciones musculares breves y repentinos que involucran el cuello y tronco principalmente con extensión o flexión de brazos y piernas.
- Suele aparecer entre los 3 y 12 meses de edad.
Otros síntomas asociados:
- Confusión durante o después de las convulsiones.
- Somnolencia. Vómitos
- Pérdida del control vesical o intestinal durante la crisis.
Causas de la Epilepsia Infantil
Las causas pueden ser diversas y a veces no se identifican claramente:
- Malformaciones cerebrales congénitas.
- Daño cerebral por parto complicado o afecciones perinatales.
- Trastornos metabólicos o genéticos.
- Lesiones cerebrales traumáticas.
- Tumores o infecciones cerebrales.
Diagnóstico
Para diagnosticar la epilepsia, el neuropediatra puede requerir:
- Historia clínica detallada y descripción de las crisis. Ayuda mucho un video breve del momento de la crisis epiléptica.
- Electroencefalograma (EEG) para medir la actividad eléctrica cerebral.
- Resonancia magnética (RM) o tomografía computarizada (TC) para evaluar malformaciones cerebrales o lesiones cerebrales adquiridas.
Tratamientos para la Epilepsia Infantil
El tratamiento debe ser individualizado y adaptado al tipo de epilepsia, la edad del niño y la frecuencia de las crisis.
- Medicamentos antiepilépticos:
- Son la primera línea de tratamiento.
- Su objetivo es controlar las crisis con el menor número de efectos secundarios.
- Dieta cetogénica:
- Rica en grasas y baja en carbohidratos.
- Puede ser eficaz en casos de epilepsias refractarias (aquellas que no se controlan tras el uso de 2 fármacos antiepilépticos adecuadamente elegidos y administrados).
- Estimulación del nervio vago (ENV):
- Implante que envía impulsos eléctricos al cerebro.
- Indicado en epilepsias que no responden a medicamentos para reducir la frecuencia de crisis o evitar mayor duración de las crisis.
- Cirugía:
- En casos seleccionados donde se identifica un foco epiléptico claro sin respuesta adecuada a tratamiento farmacológico e incluye el retiro de la zona de origen de las crisis epilépticas o convulsiones, debe valorarse entonces el riesgo de pérdida de algunas funciones mentales superiores o de habilidades motoras ya logradas..
- Puede ofrecer una mejora significativa o curación.
Recomendaciones para Padres y Cuidadores
- Observar y registrar detalles de las crisis (como inicia, duración, tipo de movimientos o sensaciones, estado de conciencia).
- Seguir estrictamente las indicaciones del tratamiento.
- Asegurar un entorno seguro para prevenir accidentes durante una crisis epiléptica o convulsión.
- Informar al entorno escolar sobre la condición del niño.
- Fomentar una vida normal con actividades adaptadas y apoyo emocional.
Conclusión
La epilepsia infantil, aunque desafiante, puede ser controlada en la mayoría de los casos con un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado. El acompañamiento de profesionales médicos y el apoyo familiar son clave para mejorar la calidad de vida del niño y su desarrollo integral.