Epilepsia en la infancia: Síntomas y Tratamientos

La epilepsia en la infancia es un trastorno neurológico caracterizado por la presencia de crisis epilépticas o también conocidas como convulsiones, recurrentes debido a una actividad eléctrica anormal en el cerebro. Es una de las afecciones neurológicas crónicas más comunes en la infancia y puede presentarse de diversas formas, dependiendo de la edad, el tipo de crisis y la causa subyacente.

¿Cuáles son los Síntomas de la Epilepsia Infantil?

Los síntomas de la epilepsia pueden variar ampliamente, pero los más comunes incluyen:

  1. Crisis epilépticas tónico-clónicas:
    • Sacudidas rápidas y contínuas que involucran todo el cuerpo.
    • Rigidez muscular.
    • Pérdida de conciencia.
  2. Ausencias:
    • Episodios breves en los que el niño parece «desconectado» o ausente.
    • Puede parpadear rápidamente o mirar fijamente al vacío por unos segundos.
  3. Crisis epilépticas focales:
    • Movimientos anormales en una parte del cuerpo, sensaciones extrañas, percepciones visuales, auditivas o alteraciones del habla.
  4. Espasmos infantiles:
    • Contracciones musculares breves y repentinos que involucran el cuello y tronco principalmente con extensión o flexión de brazos y piernas.
    • Suele aparecer entre los 3 y 12 meses de edad.

Otros síntomas asociados:

    • Confusión durante o después de las convulsiones.
    • Somnolencia. Vómitos
    • Pérdida del control vesical o intestinal durante la crisis.

Causas de la Epilepsia Infantil

Las causas pueden ser diversas y a veces no se identifican claramente:

  • Malformaciones cerebrales congénitas.
  • Daño cerebral por parto complicado o afecciones perinatales.
  • Trastornos metabólicos o genéticos.
  • Lesiones cerebrales traumáticas.
  • Tumores o infecciones cerebrales.

Diagnóstico

Para diagnosticar la epilepsia, el neuropediatra puede requerir:

  • Historia clínica detallada y descripción de las crisis. Ayuda mucho un video breve del momento de la crisis epiléptica.
  • Electroencefalograma (EEG) para medir la actividad eléctrica cerebral.
  • Resonancia magnética (RM) o tomografía computarizada (TC) para evaluar malformaciones cerebrales o lesiones cerebrales adquiridas.

Tratamientos para la Epilepsia Infantil

El tratamiento debe ser individualizado y adaptado al tipo de epilepsia, la edad del niño y la frecuencia de las crisis.

  1. Medicamentos antiepilépticos:
    • Son la primera línea de tratamiento.
    • Su objetivo es controlar las crisis con el menor número de efectos secundarios.
  2. Dieta cetogénica:
    • Rica en grasas y baja en carbohidratos.
    • Puede ser eficaz en casos de epilepsias refractarias (aquellas que no se controlan tras el uso de 2 fármacos antiepilépticos adecuadamente elegidos y administrados).
  3. Estimulación del nervio vago (ENV):
    • Implante que envía impulsos eléctricos al cerebro.
    • Indicado en epilepsias que no responden a medicamentos para reducir la frecuencia de crisis o evitar mayor duración de las crisis.
  4. Cirugía:
    • En casos seleccionados donde se identifica un foco epiléptico claro sin respuesta adecuada a tratamiento farmacológico e incluye el retiro de la zona de origen de las crisis epilépticas o convulsiones, debe valorarse entonces el riesgo de pérdida de algunas funciones mentales superiores o de habilidades motoras ya logradas..
    • Puede ofrecer una mejora significativa o curación.

Recomendaciones para Padres y Cuidadores

  • Observar y registrar detalles de las crisis (como inicia, duración, tipo de movimientos o sensaciones, estado de conciencia).
  • Seguir estrictamente las indicaciones del tratamiento.
  • Asegurar un entorno seguro para prevenir accidentes durante una crisis epiléptica o convulsión.
  • Informar al entorno escolar sobre la condición del niño.
  • Fomentar una vida normal con actividades adaptadas y apoyo emocional.

Conclusión

La epilepsia infantil, aunque desafiante, puede ser controlada en la mayoría de los casos con un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado. El acompañamiento de profesionales médicos y el apoyo familiar son clave para mejorar la calidad de vida del niño y su desarrollo integral.

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